lunes, 3 de noviembre de 2008

LA HISTORIA DE LA COSAS 2: EL COLTAN

El coltán es fundamental para el desarrollo de nuevas tecnologías: telefonía móvil, fabricación de ordenadores, videojuegos, armas inteligentes, medicina (implantes), industria aeroespacial, levitación magnética, etcétera. Esto es debido a sus singulares propiedades, tales como superconductividad, carácter ultrarrefractario (minerales capaces de soportar temperaturas muy elevadas), ser un capacitor (almacena carga eléctrica temporal y la libera cuando se necesita), alta resistencia a la corrosión y a la alteración en general, que incluso le hacen idóneo como material privilegiado para su uso extraterrestre en la Estación Espacial Internacional y en futuras plataformas y bases espaciales.

Su explotación en África ha estado, y está, ligada a conflictos bélicos (Las mayores reservas del planeta están precisamente en el Congo –en la zona de conflicto-) para conseguir el control de este material, condiciones de explotación en régimen de semiesclavitud, desastres medioambientales con gravísimas repercusiones en la fauna local de especies protegidas (gorilas, elefantes), e incluso a graves problemas de salud asociados con los arcaicos e infrahumanos métodos de explotación.

Texto extraido de: http://www.elpais.com/articulo/futuro/coltan/mineral/estrategico/elpepusocfut/20070926elpepifut_4/Tes

RDC:Para entender mejor qué está pasando en la R. D. del Congo

El Congo es uno de los países más ricos del planeta en recursos naturales, especialmente mineros. Oro, diamantes, cobre, cobalto, uranio, estaño y una larga lista de minerales que posee en enormes cantidades. Especialmente es rico en minerales raros y estratégicos: el caso más conocido es el del coltán. Si dejara de salir coltán del este del Congo se colapsaría la fabricación de teléfonos móviles. Se podría producir un colapso económico internacional –y más en estos tiempos de crisis-. El efecto que podría tener sobre las grandes multinacionales del sector de las comunicaciones podría ser catastrófico pues una parada en la cadena de producción tal y como están hoy las cosas puede producir una catástrofe rápidamente.
El peligro que representa el Congo para la economía mundial es que es potencialmente la China de África, y posee las mayores reservas del planeta de algunos minerales estratégicos, y en el caso del coltán se sospecha que casi podría ser el monopolio. ¿Y se pueden fiar tales temas económicos de esta magnitud, cuya repercusión puede ser tan grande en la economía occidental en manos de cualquier dirigente?

Desde 1998, el coltán y otros minerales importantes están saliendo del Congo en camiones y helicópteros a través de Ruanda y terminan en las manos de las multinacionales de occidente. Un actor importante en esta situación es Laurent Nkunda, tutsi congoleño y dirigente de la guerrilla que asola esta zona del Congo. Nkunda y sus hombres están apoyados claramente por el gobierno de Ruanda que, a su vez sirve los intereses de grandes potencias del Norte (Estados Unidos, Reino Unido, Bélgica, Holanda). Para las multinacionales tal y como están las cosas, el asunto funciona, mejor es no tocarlo. El principal beneficiado de esas cantidades enormes de minerales es el clan del presidente de Ruanda. Paul Kagame, que se encarga de mantener, en suelo congoleño, milicias ruandesas de diverso tipo (unas de hutu, y otras de tutsi como las de Nkunda). Como es lógico el presidente del Congo, Kabila, pretende cambiar las reglas del juego y rechaza que el pueblo congoleño obtenga como único “beneficio” el trabajo esclavizante de niños y jóvenes en las minas y el sufrimiento que las milicias que trafican con el mineral infligen a toda la población. Kabila quiere que los beneficios de las minas sean para los congoleños y no para el clan ruandés. Sin embargo esta legítima reclamación cuenta con la clara oposición de los traficantes que ahora están controlando el mercado mundial del coltán y que además están en alianza con el Presidente de Ruanda. Él y su Frente Patriótico Rwandés (FPR), han asesinado a cientos de miles de ruandeses –hutu sobre todo- y congoleños. Sin embargo se hacen esfuerzos ímprobos para presentar a Ruanda como ejemplo de desarrollo en África. Internacionalmente se esfuerza mucho para que su imagen se mantenga limpia. Esto podría explicar cómo sus tropas han invadido el Congo durante varios años y el asunto no haya llegado a ser noticia en la prensa internacional.

Deberíamos preguntarnos cómo es posible que esta Misión de Naciones Unidas, que pagamos entre todos, esté actuando siguiendo las directrices del todavía presidente de los EEUU. ¿No tendremos que arrepentirnos –demasiado tarde- de haber permitido esta nueva guerra de agresión y saqueo? Sin embargo, la prensa occidental se limita a informar de la crisis humanitaria silenciando el nombre y los motivos de los verdaderos agresores. Los políticos y la ONU expresan su “gran preocupación por el aumento de la violencia en el Este de la RDC” y luego miran hacia otro lado… seguramente hacia los tablones de la Bolsa o los Bancos en apuros. Lo que les ocurra al más de un millón de refugiados que ya se agolpan sin medios para sobrevivir les parece “lamentable”, pero siguen apoyando o no ponen obstáculos a Ruanda en su afán por anexionarse esa riquísima zona del Congo. ¿Qué le está pasando a la Comunidad Internacional? ¿Cuántos muertos más serán necesarios para que actúe? ¿Cuántos millones de muertos más se silenciarán en esta región de África mientras nosotros hablamos con nuestros teléfonos móviles? ¿Seremos capaces de presionar a nuestros políticos que pueden tomar decisiones que posibiliten la paz?

José García Botía, miembro de los Comités de Solidaridad con África Negra-Umoya
http://www.umoya.org/

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